Me ha parecido que poner “no tan fantasma cómo pensaba” era un título un poco condescendiente pero es la verdad. Me esperaba el típico drama policíaco de poca monta dónde todo funciona a trancas pero la verdad es que Reacher es una sorpresa muy agradable. Copiando, eso sí, con menos acierto el esquema narrativo de “Jack Ryan” apuesta por una historia que se va desarrollando poco a poco y en la que el peso de la historia no desmejora un desarrollo de los personajes.

Probablemente lo mejor de la serie sean los personajes y eso es algo que aunque normalmente se dé, lo cierto es que no desmejora una narrativa que tiene muchos puntos a su favor. De hecho, si no fuera por los episodios 3, 4 y 5 de la serie dónde la narración del argumento principal sigue pero el foco se centra un poco más en los personajes  la serie sería realmente más aburrida. Y eso es algo que se dice poco, la historia funciona porque sabe autorregularse muy bien. 

Los primeros dos episodios son mucho más serie de acción con escenas de peleas y sobre todo con el principio de un argumento realmente enredado que funciona con solvencia en estos primeros momentos. Aquí todavía no te hueles la tostada que a medida que va avanzando mejora aunque sí que es cierto que hacia el final pierde un poco. Pero cómo inicio está bien

Lo mencionado en los episodios 3, 4 y 5 responde sobre todo a un cambio en la narración que se despide del cine un poco de acción del primer tercio hasta más adelante y apuesta por una mezcla entre el policíaco y el de espías mientras profundiza en la psique de sus personajes con sorprendente soltura. Seguramente el peor tratado sea un protagonista al que las poco inspiradas escenas de flashback no le hacen justicia. Más trasfondo emocional para los otros dos protagonistas que se convierten personalmente en el glaseado perfecto para esta tarta. 

Por lo tanto Reacher logra interés al principio de su viaje y poco a poco lo va convirtiendo en entendimiento y personajes bastante profundos con claras excepciones. En ese sentido quizá el tratamiento que se le da al protagonista es mejorable pero en la parte final de la temporada la historia toma velocidad y es ya imparable por lo que se deja estar. De este modo llegamos a una dupla de episodios finales muy entretenidos dónde la historia vuelve a acercarse al cine de acción más macarra con secuencias de explosiones y disparos prácticamente constantes. Estos dos episodios son un cierre satisfactorio a la historia y sienta las bases para próximas aventuras que esperemos que mantengan el nivel de este primer producto.

Alan Ritchson es un buen protagonista que no intérprete, su actuación deja pocos matices y recuerda a todos esos luchadores de la WWE que se hacen actores, aunque no sea el caso. Willa Fitzgerald me ha parecido la más acertada de la función gracias a una actuación muy natural dónde la verdad es que destaca. Malcolm Goodwin tampoco destaca por sus tablas a la hora de actuar aunque va mejorando a medida que avanza la serie. 

El apartado técnico está bien. No se excede con planos imposibles y apuesta por una mezcla entre planos cortos y travellings de poca duración, en ese aspecto las luchas están muy bien coreografiadas y mejor grabadas. La fotografía no está nada mal con tonos terrosos que concuerdan a la perfección con lo que busca la serie. En cuanto a la música tiene algún momento bueno y la apuesta por el blues clásico es un acierto.

El grupo de creadores crea una primera temporada solvente que sustenta en un argumento muy interesante que va avanzando con ritmo acertado. El reparto podría ser mejor y el apartado técnico está bien. Recomendable.

-No te aguanto, Reacher.-

NOTA: 6

Un saludo, seriéfilos.

Puntuación: 3 de 5.